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Las carreteras generan un impacto territorial que se manifiesta en cambios en los usos del suelo y afecta en mayor medida a los ámbitos en los que el incremento de la accesibilidad es mayor. Esta relación entre transporte y usos del suelo implica que las vías de gran capacidad son un elemento capaz de favorecer o limitar el desarrollo de un área, dependiendo también de la situación socioeconómica y de otros factores. En las áreas periféricas, frecuentemente polarizadas, una nueva vía modifica los usos del suelo, sobretodo en las áreas periurbanas más accesibles, hecho que ha de ser tenido en cuenta en la coordinación de las políticas de planificación urbana/territorial y de transporte. La cuantificación de este proceso se ha visto facilitada en los últimos años por la profusión de fuentes de información cada vez más precisas y elaboradas, lo que permite seguir avanzando en las técnicas de análisis. En esta comunicación, tras una breve introducción al impacto territorial y su relación con las infraestructuras de transporte, se estudiarán las ventajas e inconvenientes de las fuentes de información y se recomendarán aquellos tipos de operaciones SIG que facilitan su análisis y la comparación de resultados.