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Al cabo de una década de vuelta a la normalidad democrática en España y tras no pocos años de deliberada política de “puertas abiertas" con respecto a la consulta de la documentación existente sobre la represión literaria y cultural en el sentido más amplio, resulta todavía decepcionante el escaso resultado logrado en el estudio de uno de los condicionamientos más obvios del franquismo. Mientras todo intelectual o estudioso puede alardear en base a sus opiniones personales acerca de la nefasta influencia de los condicionamientos censorios durante el franquismo y, si se tercia el caso, emite apocalípticos pronósticos sobre el fenómeno censorio en general, a la hora de la verdad, lo que cabe constatar es que la producción científica que debiera haber contribuido a acrecentar nuestro conocimiento no ha proliferado. Y ello es tanto más grave cuanto la libertad de acceso a la documentación correspondiente es prácticamente total¹. En estas condiciones no tiene por qué extrañar que hayan quedado en barbecho infinidad de fuentes documentales sobre las que jamás ha pesado ningún tipo de entredicho y de consulta totalmente libre en cualquier biblioteca. Un claro ejemplo de lo que esta desidia implica es la riqueza informativa escondida en páginas de las revistas de época sólo muy parcialmente estudiadas por algunos investigadores. Un buen exponente de lo que daría de sí un rastreo sistemático puede verse en los trabajos de Manuel Ramírez, Josep Benet y otros². El propósito de dichos autores fue el de comprender y explicar el funcionamiento y la inspiración ideológica del franquismo. Curiosamente quienes con mayor …